lunes, octubre 16, 2006

Nos dejó Valentín Paniagua

Hay personas que a uno le gustaría, que no murieran nunca. El bueno de Valentín Paniagua era una de ellas.
Siempre he tenido el mayor respeto por el hombre que jamás se interesó por la acumulación de efectos materiales. El hizo de la honestidad su mejor patrimonio, y de la humildad una virtud que con ahinco y constancia cultivó como pocos. Ni el orgullo, ni la vanidad contaminaron su existencia. No se le conocieron ambiciones personales para detentar los más altos cargos, pero todos sabían de su disposición por servir al país. Cuando las responsabilidades llegaron, asumió las obligaciones , con la mayor sencillez y el esmero necesario, para cumplir con cabalidad y eficiencia la tarea asignada..
En el peor de los momentos ahí estaba Valentín y gracias a Dios que así fue.
Tengo la seguridad que su presencia constituyó una garantía para el evitar el caos y las calamidades que podían instalarse en el Perú, después de la experiencia de una década de gobierno tenebroso y corrupto. Con inmenso coraje aceptó todos los cargos y responsabilidades que se le encomendaron y cumplió a la altura de las circunstancias. Sólo le interesaba servir a su país y estuvo dispuesto a participar cada vez que se requirió su presencia .Nunca se hizo el difícil. Jamás se negó a participar cuando se le necesitaba y siempre estuvo dispuesto para ofrecer generosamente lo mejor que tenía.
Un peruano ejemplar nos ha dejado y ahora sólo nos queda cultivar su recuerdo.

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