El martes 8 de marzo del 2006, Jorge Eduardo Eielson, uno de los más grandes poetas del mundo, se durmió para siempre en la ciudad de Milán.
En Lima muchos sufrimos su partida y el mayor homenaje que podemos hacerle, es dedicarle un momento de silencio, sin pausa y sin misterio. Quizá uno de sus poemas es apropiado para la ocasión.
Arte Poética
Nada es más claro para mi
Que el misterio de la muerte
Ni nada más oscuro
Que la luz misma del sol
La sombra brota de mi pluma
Y alcanza el cielo entero
Dama de traje infinito
Baila a solas con la luz
Siempre detrás de las cosas
Con su gran cola vacía
Y su llamarada
Semejante a este poema
Que apenas logro escribir
Y ya no es nada.
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