En pleno siglo XXI, con el ropaje de una nueva denominación, el Santo Oficio, conocido en otras épocas como la Santa Inquisición, sigue haciendo de las suyas.
Ahora se llama la Congregación de la Doctrina de la Fe y es uno de los organismos más poderosos de la iglesia católica y sus decisiones son de cumplimiento obligatorio entre los miembros de la curia y la feligresía en todo el mundo. Hasta antes de ser elegido Papa, el actual pontífice estuvo a cargo de la Congregación, evitando las desviaciones de carácter teológico que pudieran afectar a la doctrina.
Por eso no llama la atención, la censura que el Vaticano ha impuesto al Teologo jesuita Jon Sobrino, impidiéndole dictar clases en centros de enseñanza católica y también publicar sus escritos. Tratando de silenciarlo pues su opinión resulta subversiva respecto a la visión tradicional de la iglesia.
La razón fundamental por la que se ha censurado a Sobrino se debe a que" ha humanizado demasiado la figura de Cristo y ha tratado de ocultar su divinidad". Como si eso fuese un pecado imperdonable que de todas maneras debe de ser castigado.
Sobrino que nació en Bilbao durante la guerra civil, y que se adhirió a la corriente de la Teología de la Liberación, sostiene que Jesús no sólo es el Salvador, sino el Liberador de los oprimidos.
Autor de varios libros importantes como " Cristo el libertador" y "Dónde está Dios" entre otros títulos , gracias a la censura que le ha impuesto el Vaticano, va a tener la oportunidad de difundir su pensamiento ante una audiencia universal.
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