El amor que todo lo puede, o que críamos que todo lo podía, no puede hacer nada contra el poder de la burocracia.
Hace un mes escribíamos sobre los problemas que vivía la señora Lisa Novak.
De radiante astronauta del trasbordador Discovery en su día de gloria, pasó a ser una mujer víctima de las trampas en que el amor sabe enredar a una mujer enamorada. Después de haber alcanzado una significativa presencia mediática, por esas cosas que tiene la vida, ha pasado a convertirse en una suerte de desagradable presencia, sobre todo en la Nasa. Lo que todos suponíamos que podría haber ocurrido en su momento recién se concretó el día de hoy. A la señora Novak simplemente la despidieron, no por ser culpable, sino porque así son esas cosas. Sucede que la corporación espacial más grande del mundo " carece del sistema administrativo para manejar el caso".
Qué pena y qué verguenza al mismo tiempo. Creo que nos haría bien leer " Amor y Celos en el Espacio" de Bernardo Bersabé, que figura como comentario de la nota que escribimos el 6 de febrero del 2007, en estas mismas páginas.
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