martes, febrero 06, 2007

Las locuras de amor llegan a la NASA

Ahora la Nasa es noticia de todos los días. Ayer, expresamos nuestras dudas sobre la tan comentada eficiencia de la Nasa.Hoy día pasaremos a otro tema. Hemos visto lo ocurrido a Lisa Novak de 43 años, Capitán de la Marina de Estados Unidos, casada, madre de tres y hijos y astronauta de la Nasa. Esta buena señora ha sido detenida cuando intentaba secuestrar a Colleen Shipman que trabaja en la Nasa como ingeniera de tierra.
Según Novak, la ingeniera Shipman mantenía una relación con William Oefelein, también astronauta de la Nasa y aparentemente la manzana de la discordia.
Novak sostiene que con Oefelein ella tenía " algo más que una relación de trabajo pero menos que una relación amorosa". Aunque en terminos prácticos eso no significa nada. Sus acciones son las que han causado el problema. Novak alega que sólo quería conversar con Shipman. Que no pretendía hacerle daño. Quería convencerla de que dejara tranquila a Oefelein.
Pero las autoridades creen que Novak pretendía secuestrar a Shipman y aunque el delito no se realizó, la Novak enfrenta cargos que podrían llevarla a la cárcel; y la tranquilidad de la Nasa se ha visto en entredicho, no sólo por el problema que se ha hecho público, sino porque es la primera vez que un astronauta ha sido detenido por una locura de amor que ha puesto en peligro la seriedad de una institución tan sacrosanta.

1 comentario:

Bernardo Bersabé dijo...

Desde aquel viaje no has vuelto a ser la misma. Te habían clavado un puñal en el tiempo y las verdades amenazaban con rabia. Allá arriba, donde la luz carecía de peso, tú misma comprendías lo arriesgado de tu aventura, sin darle importancia. Observabas un abismo musical de estrellas para olvidarlo: esa infinita colmena que es el cosmos, sin disimulo de vanidad en su amenaza.

Al descender y deciros adiós, una daga se te quedó prendida del alma. Volvías a sentir el frío de las madrugadas.

Hoy, ya de camino, sintiendo en los pómulos el vigor de la vida, no sabes a qué te llevará este otro viaje. Lo único que sabes es que su rostro se te aparece como un destello en el calendario perverso de la memoria.

Siempre con la extraña sensación de que un deseo te va a arrebatar la vida.

Bernardo Bersabé.