Desde hace tiempo, los medios informativos dan cuenta de una serie de productos que proceden y son originarios del Perú, pero que sistemáticamente están siendo registrados en todo el mundo como si se tratara de productos chilenos.Nos jalamos los pelos, se hacen declaraciones, pero aquí no pasa nada. No tenemos una estrategia para contrarrestar esa avalancha. Lo único que hacen las autoridades, es tratar de apagar incendios cada vez que se produce uno nuevo y ahí queda la cosa.
Uno de los casos más notorios es el que se refiere al Pisco, bebida alcohólica de antiguo linaje, muy apreciada por los conocedores y de indiscutible procedencia peruana. Es una batalla que tenemos perdida por ahora. En todo caso, los especialistas tienen la palabra y los que están en el negocio, también deben gastar en la defensa del nombre y también del origen del producto. Creo que están equivocados si suponen que el Estado es el que debe hacerse cargo de la cuenta.
Hoy día veo en Perú 21 que México no reconocerá el pisco como bebida de origen peruano, en reciprocidad a la actitud peruana de no reconocer el tequila como producto de origen méxicano. La verdad que la noticia es tan absurda, que más parece el resumen de un cuento de Kafka. El tequila es de México y seguirá siendo mexicanopase lo que pase, lo mismo sucede con el pisco, que es, ha sido y continuará siendo peruano.Lo demás son palabras que no vale la pena ni siquiera comentar.
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