Por esas cosas que tiene la burocracia y la burocracia religiosa no es la excepción ni en el Vaticano ni en Madrid; la Parroquia de San Carlos Borromeo, será cerrada por disposición del arzobispo de la capital de España, pues, la jerarquía religiosa madrileña no está de acuerdo con la manera tan singular y tan estimulante, como los curas de esa parroquia ejercen su magisterio religioso.
Su indeclinable identificación con las preocupaciones de los pobres y de los marginados de todos los sectores, ha convertido a San Carlos Borromeo en un símbolo viviente de la iglesia, mucho más cerca de las enseñanzas del evangelio, que de las viejas formas para el culto, que la jerarquía eclesiástica promueve y pretende se cumplan a rajatabla.
Por eso, no ha llamado la atención la manera tan solidaria como la feligresía ha salido en apoyo a la parroquia. La misa de Resurrección celebrada el último domingo ha sido una muestra de solidaridad e identificación de la feligresía con los curas de San Carlos Borromeo y un mensaje para las autoridades religiosas. Si no se habían dado cuenta, ahora, ya saben que los parroquianos no están dispuestos a que les cierren las puertas de la parroquia, y van a luchar para que continúe abierta brindando los servicios espirituales que la gente requiere.
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