Los habitantes de Nueva York han pasado una mañana llena de preocupaciones. Un extraño olor parecido al que reconocemos como gas, ha invadido la ciudad y no sólo se desconoce su procedencia, sino lo que es peor, no se sabe qué cosa es.
En lugar de disminuir su presencia en la atmósfera, se tiene la sensación de que ha aumentado. Las dos orillas del rio Hudson están siendo afectadas.
Las autoridades han mostrado su preocupación de diversas formas y entre otras cosas han suspendido el servicio de transportes.
Pero el olor que no cesa, hace que los temores y los peores pensamientos se apoderen de los que viven en la ciudad y en esta época en que cualquier cosa puede pasar, no podemos dejar de preocuparnos de lo que ocurre en la ciudad en que la policía dio muerte a Sean Bell precisamente el día en que se iba a casar.
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