En la comuna de Meyren en Suiza existen dos lugares que no se pueden ignorar. El aeropuerto de Ginebra y el CERN, que es el Centro Europeo de Investigaciones Nucleares.
En Meyrin a cien metros bajo tierra, el CERN, está construyendo el acelerador de partículas más grande del mundo al que se le ha denominado Atlas, y que entrará en operaciones en los próximos meses.. Sus dimensiones son tan extraordinarias, que algunas de las ruedas que hay en esa compleja maquinaria llegan a tener un diametro que equivale a un edificio de ocho pisos.
Pero lo más importante en estos momento es que los científicos que trabajan en ese proyecto, se están preparando para ver renacer el universo, treinta millones de veces por segundo, logro que pretenden alcanzar, a través de un anillo subterraneo de 27 kilometros, por el que se dispararán partículas sub atómicas, que a su vez producirán diminutas bolas de fuego de la denominada energía primordial, lo que permitirá recrear las condiciones que existían en el momento que el universo contaba con menos de una millonésima de segundo.
La energía primordial, se puede describir como una radiación que precede a la materia y esa es precisamente la que se espera obtener con el acelerardor de partículas Atlas.
El hito científico que está por alcanzarse en el CERN no dería sorprendernos, pues en 1992 Tim Berners Lee, creo en esa misma institución el World Wide Web.
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