Vivo en un distrito de Lima, en un Pasaje donde hay más de veinte viviendas y todas están habitadas. Un portón de fierro nos separa de la calle y un vigilante controla el acceso y salida de personas y vehículos, durante las veinticuatro horas del día.
Todo se ha adecuado a una cierta rutina. Pero el día de ayer, el vigilante de turno me comunicó que el portón estaba electrizado y de inmediato llamé por teléfono a Luz del Sur e informé lo que estaba sucediendo y la dirección del lugar.
Me aseguraron que de inmediato iban a disponer la inspección y revisión correspondiente. No habían transcurrido ni veinte minutos desde el momento que llamé y me sorprendió mucho, al darme cuenta, que ya estaba un equipo de trabajo tratando de determinar qué cosa era lo que causaba la electrización de la puerta de ingreso.
Como no dieron con el desperfecto, enviaron otro equipo con instrumentos más sofisticados que en forma muy rápida identificó el problema.
Pero lo que yo deseaba resaltar en esta nota, es la manera inmediata en que Luz del Sur atendió el requerimiento de un servicio. Que lo que pudo resultar algo peligroso, fue resuelto de manera inmediata. Y que cualquier usuario que tenga un problema parecido, no debe descuidarlo y lo que le recomiendo, es que llame de inmediato a la empresa prestadora del servicio y con seguridad será atendido . No debe tratar de hacer las reparaciones por su cuenta, pues además de ser peligroso, los trabajos son muy costosos.
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