domingo, julio 30, 2006

Otra muerte a la colombiana

Mucho trabajo le espera a la nueva encargada del Despacho del Interior, no sólo por las labores propias del cargo , sino también por los extraños asesinatos cometidos en los últimos días.
No es algo que pueda tomarse a la ligera.
No se trata de la liquidación de un equis. Porque si así fuera, también estaría mal. Nadie tiene derecho a matar. Ni por mano propia, ni por mano ajena
Pero la eliminación de un juez que veía casos de narcotráfico ya son palabras mayores.
Aquí y en cualquier país del mundo resolver un asesinato de ese tipo, es un asunto prioritario de verdadero interés nacional, pero acá no ha pasado nada. Nadie sabe lo que realmente ha ocurrido. Todas son especulaciones.
Ahora sucede que antes de que se tuviera noticia alguna sobre el resultado de las investigaciones relacionadas con la muerte del magistrado, un abogado procedente de de Tocache ( zona de narcotráfico)que había venido a Lima a pasar sus vacaciones, también ha sido eliminado. Vaya Dios a saber por qué razones.
Es evidente que hay una serie de coincidencias. En primer lugar, los asesinos parecen conocer perfectamente el itinerario de sus víctimas y los liquidan en lugares públicos, sin importarles la presencia de testigos que logicamente podrían identificarlos ante las autoridades policiales y judiciales..
Usan el mismo medio de transporte pues, en ambos casos, se han movilizado en motocicletas.
Actúan con absoluta frialdad y emplean pistolas con silenciadores.
En estos momentos, todavía podemos hacer algo. Si no tomamos al toro por las astas y lo paramos en seco, vamos a tener problemas en muy corto tiempo. Por eso la encargada del Despacho del Interior debe adoptar las decisiones que correspondan. No van a ser fáciles, pero si necesarias. Ojalá que no haya otra muerte a la colombiana.

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