sábado, junio 10, 2006

Maldición gitana

Hace muchos años, un amigo me contaba que no hay peor cosa que  ser el receptor de la maldición gitana: ¡ que entre abogados te encuentres! y vaya que he tenido oportunidad de comprobar, claro que en pellejo ajeno , la verdad de tal aseveración.
Alguna vez me he enterado de enredos causados por abogados, que nunca han podido ser desenredados y no es cuestión de que nos pongamos a buscar mucho, porque sin el menor esfuerzo podremos encontrar perlas capaces de hacer sonrojar a un carbón, sin estar encendiddo.
Pero ultimamente he sido testigo de una maldición que me gustaría patentar: ¡ojalá que tengas que mudarte de casa todos los años!
Es cierto que nunca se me había ocurrido pensar en lo difícil que resulta mudarse de una casa a otra. Primero hay que ver no lo que se va a llevar al nuevo domicilio, sino, cúales son las cosas que nos veremos obligados a dejar o abandonar con el dolor de nuestro corazón.
Aunque nos consideremos personas prácticas, acostumbradas a tomar decisiones todos los días, sin que se nos mueva un pelo, cuando se trata de abandonar esa linda frazadita que nos regaló la abuela cuando eramos niños, nos invade una nostalgia, que  se interpone entre los buenos deseos de botar las cosas viejas y nos presiona a hacer una excepción  y luego otra   y otra más , hasta que las cosas que deberían botarse son las primeras en ser empacadas y derivadas al nuevo domicilio.
Pero eso no es todo. Hay que mover muebles. Revisar libros. Ver todos los documentos habidos y por haber. Al comienzo, todo se hace con mucha diligencia, pero después, todo se coloca en cajas que se cierran convenientemente para que nada se pierda. Pero como no se ha hecho un inventario de lo que se está llevando, cada vez que se necesita un papel, empiezan los problemas porque hay que abrir todas las cajas y al final no se encuentra nada.
 Claro que hay compañías especializadas en hacer mudanzas y realmente las hacen muy bien, pero no estoy hablando de quienes pueden pagar esos excelentes servicios, sino de gente como yo que anda a dos dobles y un repique  y que no puede darse el gusto de pagar servicios y simplemente tiene que hacerlos personalmente.



P.Y.

1 comentario:

Unknown dijo...

Mira que tienes razon!!! Che.
Me voy a quedar en la misma casa para siempre con tal de no pasar de nuevo por eso que cuentas. En cuanto a las maldiciones gitanas,son casi chistosas y picarezcas. Cuando uno las escucha no puede dejar de pensar que tienen un lado gracioso y otro sospechoso. Por ejemplo, cuando le conté a mi madre que me casaba (por primera vez), ella me contestó: ..."Ya te vas a arrepentir"... Casi toda una maldición, porque tenía razón, ja, ja, ja
Abandono ya este escrito, y aprovecho para dejarte una nueva maldición:
Para todos los que contaminan este lindo mundo en que vivimos: "¡dele Dios mal galardón!"