Parece mentira que en esta época de supercomputadoras y de asombrosos adelantos científicos, se produzca una demora como la que señalamos.
Sin embargo, no hay que llorar sobre la leche derramada y lo único que hay que pedir es que la historia no se repita para la próxima elección que será el día de mañana..
Es muy gracioso, pero en días como hoy siempre recuerdo la sabiduría de mi abuela que solía decir: más vale tarde que nunca.
P.Y.
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