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lunes, mayo 28, 2007

Wolfowitz "está orgulloso" de su gestión en el Banco Mundial.

Aunque parezca increíble Paul Wolfowitz le ha dicho a la BBC que "está orgulloso" de su paso por el Banco Mundial.
Manifiesta que durante su gestión se otorgaron más préstamos que nunca. Que siempre actúo conforme a la ética y que en el asunto del aumento de sueldo a su novia, fue mal aconsejado; y que no puede seguir haciendo su trabajo porque los ánimos están caldeados.
Sin embargo, no ha dicho nada respecto a su negociación con los directivos del Banco para permanecer en el cargo hasta fines de junio, y poder acogerse a los generosos planes de retiro pactados en su contrato de trabajo, suscrito el 1 de junio del 2005, que contemplaban una jugosa indemnización si permanecía dos años en el puesto.
Como el escándalo se produjo en el mes de abril del presente año, cuando aún no había cumplido el período previsto para gozar de una indemnización, hizo lo posible y lo imposible para quedarse en la institución hasta una fecha que le permitiera acceder a una escandalosa indemnización que según se afirma en medios bien informados asciende a US$1000,000.
Por eso, no me sorprende que esté orgulloso de su gestión, pues así como así, ha conseguido que el Banco Mundial lo indemnice con una suma millonaria, que habría perdido si lo hubieran despedido del puesto en la oportunidad que se descubrió el escándalo.
Wolfowitz sostiene que la culpa de todo la tienen los medios, pero el personal del Banco asegura que el hombre escuchaba poco y consultaba menos.

lunes, mayo 21, 2007

Paul Wolfowitz: No era el amor al chancho

Un hombre enamorado es capaz de hacer locura y media por la mujer amada. No es la excepción, frecuentemente ocurre. Siempre han habido románticos y en el futuro, estamos seguros que seguirán existiendo ese tipo de personas.
Sin embargo, el señor Paul Wolfowitz, cuestionado presidente del Banco Mundial, a pesar de tener una novia, no encajaba en el perfil psicológico de hombre enamorado. En realidad, resultaba muy difícil de creer que un frío planificador de la guerra en Irak, tuviese un comportamiento de esa naturaleza.
Por eso , me pareció que adoptaba una actitud coherente cuando se informó, que a pesar de todas las críticas, Wolfowitz, no pensaba renunciar al Banco Mundial y cuando parecía no tener ninguna salida para resolver sus problemas y todo estaba dicho, le echó la culpa a los asesores, porque lo habían aconsejado mal. El hombre duro actuaba de acuerdo con su imagen.
Pero, había algo que no encajaba. Los medios informaban que Wolfowitz, había implorado ante el ante el Consejo Directivo del Banco, que le permitieran continuar en la institución. Después de muchas negociaciones, había logrado que se le acepte su renuncia a partir del 30 de junio del presente año.
Pero lo que nosotros no sabíamos, es que el contrato suscrito por Wolfowitz con el Banco el 1 de Junio del 2005, tenía una cláusula que señalaba que si no permanecía más de dos años en el cargo, perdería los beneficios de una jugosa indemnización que puede alcanzar fácilmente, una cifra superior al millón de dólares.
Por lo que vemos Wolfowitz, ya hizo su negocio y en buen romance se le podría aplicar a él, la vieja sentencia, : no era el amor al chancho, sino a los chicharrones.