Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial que superó sin mayores problemas, la crisis de los calcetines rotos y que a pesar de que cuenta con el apoyo de la Casa Blanca, para continuar en su privilegiada posición, se encuentra en el momento más difícil de su carrera y es posible que se vea obligado a dejar su codiciado puesto.
Wolfowitz ha desatado una tempestad en el Banco Mundial por haber favorecido a su novia con un ascenso y un incremento salarial, que viola las normas y procedimientos establecidos por ese organismo, hecho que ha sido motivo de críticas en todo el mundo.
El escándalo ha sido tan grande que miembros del comité directivo del Banco han emitido un informe, que cuestiona su actuación en ese caso, pero aún, no han llegado a un acuerdo sobre la sanción que deberá aplicarse. Unos piensan que deberían despedirlo. Otros que mejor sería un voto de no confianza, o simplemente pedirle su dimisión. También existe la posibilidad de una reprimenda y ahí quedaría la cosa, considerando el apoyo que públicamente le ha manifesrad0 el presidente Bush y que Estados Unidos es el mayor accionista del Banco Mundial.
Sin embargo, el diario El País, informa que Wolfowitz, habría implorado a los miembros del comité directivo para que le permitan continuar en el Banco, pero aún no se habría adoptado ninguna determinación.
En mi opinión Wolfowitz ya debería haber renunciado , pero como sabe que cuenta con el respaldo del presidente, se quedará hasta donde sea posible.